Caja de los deseos


Instalación- Fundación Birri. 11 de Abril de 2009.

Intervención urbana en Salvador del Carril y Pedro Vittori

Salvador del Carril y Pedro Vittori - Entre el 7 y 10 de octubre de 2008.

Se desestabiliza el paisaje, se modifica la historia…
desde el borde del Parque Federal, hacia un lado, hacia el otro….
El gorgojo 2008
El Colectivo de arte El Gorgojo fue convocado para participar en el proyecto del grupo de docentes de las cátedras “Taller Proyectual en Morfología Urbana” de la carrera de Arquitectura y de la cátedra de Morfología 1 de la carrera Lic. DCV- FADU – UNL, dentro del Programa de Extensión de Cátedra – PEC. de la UNL. Este proyecto de intervención urbana, se llevó adelante en el marco de las actividades culturales paralelas al Simposio Latinoamericano de Ciudad y Cultura- SILAC 2008, “Reflexiones y Proyectualidades hoy”

El gorgojo propone a su vez hacer partícipe del proyecto a otros grupos que “viven” la ciudad como una complejidad en construcción y que la utilizan como marco para expresarse. Se suman:
-
Grupo Katharma.
-Caballo de Troya
-Grupo con nombre a medias.
-Hasta agotar stock.
-Alumnos de la Escuela de Artes Prof. Juan Mantovani, de la cátedra Proyectos de intervención comunitaria, de 4º año de la Carrera de Artes Visuale
s

El Gorgojo - Caja de los Deseos.

Planteamos:
-Trabajar sobre la identidad de una ciudad expuesta a situaciones extremas, producto de fenómenos físicos, crisis económicas, sociales y políticas como inundación, vaciamiento de los ferrocarriles, asentamiento por migraciones, expulsión del asentamiento de gente, etc.
- Recuperar el espacio urbano a partir de la actividad artística tanto en su dimensión física como simbólica, resignificándolo.
-Generar la interacción de los alumnos de las instituciones implicadas en la intervención del espacio, junto a otros grupos de jóvenes que actualmente producen arte público.
-Se elaboran las propuestas luego de interactuar con el espacio, sus habitantes y los demás participantes: intervenciones efímeras (Grupos con nombre a Medias, Caballo de Troya, alumnos de la EPAV, El gorgojo, alumnos de la UNL) performances (Hasta agotar stock), intervenciones estables en muros (Katharma, alumnos de la EPAV).

Grupo hasta agotar stock

Durante dos meses se hicieron reuniones de trabajo entre los grupos, los profesores y alumnos de la EPAV y UNL, elaborando las propuestas que se llevaron a cabo. La semana del 7 al 10 de octubre se trabajó sobre los muros y árboles, completando la intervención el día 10 con los demás proyectos, dando espacio, en la inauguración, a las performances.
Se trabajó en la obra de cada grupo y a la vez en la totalidad del proyecto, atendiendo a los aspectos estéticos, técnicos, metodológicos, éticos, para transformar cada proyecto en una parte de la obra total. Se trató de que cada uno participe críticamente, alimentando el sentido de pertenencia necesario para concretar la obra desde la idea de “construcción colectiva”.


Grupo Con nombre a medias

Grupo Caballo de Troya.




Alumnos de EPAV y UNL.

Coordinadores: Colectivo el gorgojo. Raquel Minetti- Nilda Marsili- Difusión: Ignacio Elcoro
Responsables Escuela de Artes Visuales Prof. Juan Mantovani: Profesores: Raquel Minetti (dibujo) Mary Walker-Roberto Antoñanzas (cerámica) Fernanda Aquere -Abel Monasterolo (pintura)-

performance cota cero




















Fragmentos

COTA CERO




Textos de Maria Rosa Pfeiffer




-Los autos no sirven, se los lleva el agua por arriba de los techos, como si fueran de papel. La piragua sirve, aunque tenga que empujarla hasta el infierno.
Nunca más me va a agarrar desprevenido.
Hay que refundar Santa Fe.
Tenemos que llegar a la montaña. Tandil. Tandil es un buen lugar. Aunque no son montañas, son sierras. Mejor, si es muy alto me da vértigo. Sierra de la Ventana. ¿Qué cota tendrá Sierra de la Ventana?

- Hace bien el desierto, después de tanto río por todas partes.

- Siempre hacia el sur. De noche es fácil andar. En la pampa la cruz se ve clarita en la oscuridad. De día no hay que perder de vista la ruta, por las dudas.

-No se ven, no veo estrellas ahora. Raro, siempre se ven.
¡Algo brilla!¡Son ojos! ¡Ojos de peces! El cielo se llenó de peces que nos miran! Ojos redondos de gallina. Las gallinas y los peces tienen ojos iguales. De vidrio.

-Escuchen, ahí viene. El río es un barco gigante. Los peces de barro son el mascarón de proa. Escuchen. Todo el río está hecho de peces. Vienen empujándose. Comiéndose. Nos sigue, escuchen. De lejos parece una conversación. Una pelea. ¡Una batalla!

- ¡Castillos de peces de barro que tapan el cielo! Por eso no se ven las estrellas. Todos de color marrón porque lo único que comen es barro. Hundidos en el agua. Se arrastran por el fondo. Todo espeso. Oscuro. Escuchen. Son tantos que se raspan entre ellos. Se aplastan. La sangre se mezcla con el agua turbia, con el barro, y todo se vuelve más negro. Escuchen. El río no les alcanza de largo y de ancho y empiezan a subirse uno arriba de otro. Miles. Millones. Llegan a las nubes, río a lo alto, y después caen. Tormenta de peces. Destruyen lo que encuentran a su paso. Algunos animales, vacas, caballos, se salvan, los más fuertes, Los otros son arrasados por los peces de barro.
¿Puede haber algo más triste que ser mirado por una gallina o por un pez?
En la montaña no puede alcanzarnos, y los que caigan en lluvia, rodarán por la ladera, morirán entre peñascos.

- A veces no me acuerdo de las cosas que dije. Un tipo jetón, eso soy, un tipo tan jetón, que harto a todos. Al final digo tantas cosas que nadie me presta atención. Es mi culpa. Yo sabía. Yo lo escribí.
Busca en los bolsillos hasta encontrar un recorte de diario ajado, lo alisa con la mano.
-Acá está. Lo publicaron. Pero nadie me creyó, porque siempre fui un jetón. Hablo. Todo el tiempo la boca se me llena de palabras. Yo tengo la culpa. Se venía el agua. Con el río no se jode carajo. Lo sacaron de su curso, y el guacho se calentó. Como un animal cuando lo acorralan. El río no tiene la culpa. Yo tengo la culpa, yo que sabía y no pude hacerme escuchar.


- Soñé que iba en un tren, en medio del campo amarillo. No, no un tren... era un carro de montaña rusa, pero las vías eran de trenes. Y el paisaje empezaba a cambiar, se ponía más verde, se llenaba de árboles. Y el tren, digo, el carro andaba cada vez más rápido. Después los árboles se convertían en camalotes y ... se terminaba la tierra, las vías seguían por arriba del agua, y en un momento no se veían más. Me aferraba a los bordes del carro, sentía que el agua era profunda y negra. Y ya no se veía horizonte, ni nada. Era un mar quieto que no tenía fin. Cerraba los ojos y quería gritar pero no me salía la voz. El agua empezaba a mojarme. Me apretaba al carrito. Me dolía el pecho porque el agua me golpeaba, por la velocidad. ¡No me quiero morir! …Entonces sentí que el carrito empezaba a subir, abrí los ojos, y volví a ver las vías saliendo del agua, lejos, un puente de hierro negro, y más lejos, otra vez el campo.

-¡Las vías! Tenemos que aprovechar las vías. Están altas. Tenemos que empujar la piragua por las vías. El río no debe saber que no pasan más trenes. Y él con los trenes no se mete..
Lo vamos a despistar. Le hacemos creer que vamos para el oeste, y a la noche, cuando más le gusta atacar, encaramos para el sur.


Tiene puestas unas antiparras. Juega con tierra, haciendo montoncitos. Dibuja con un palo, hace cálculos geográficos, de probabilidades, traza posibles nuevos mapas. Coteja con un mapa que lleva enrollado. Dibuja en el mapa y en la tierra, borra, vuelve a dibujar.
- Miren. Acá estamos. ¿Ven?. Este puntito es la piragua. Todo esto es desierto: la pampa. Acá está la Sierra de la Ventana. Acá, Santa Fe. (Describe un gran espacio con la mano). Y todo esto es el Salado. Esta línea es el curso natural del agua, y ésto es lo que se desbordó. ¿Quién puede saber para dónde va a agarrar? Nadie. Bombardearon una de las defensas para que se vaya al sur, y qué hizo ¿eh? Exactamente lo contrario a lo que habían pensado. Se fue para el centro. (Ríe) Se pusieron locos los ingenieros cuando vieron que en vez de encarar hacia abajo por la pendiente, el muy guacho se iba para arriba, desafiando las leyes de gravedad. .
Y no quieren creer que nos está siguiendo.

-Voy a refundar Santa Fe. Lejos de los ríos caudalosos, lejos de las tormentas de llanura. En la Sierra de la Ventana, en la cima, voy a refundar la ciudad. No con ese nombre. Santa Fe de la Vera Cruz. (Ríe). Fe tenía que tener Juan de Garay para hacer la ciudad en un pozo.
Estúpido conquistador. Primero la fundó en Cayastá, al lado del río, enseguida nomás se la llevó el agua. Después la trasladó, cerquita. Como si hubiera sido a propósito, la refundó entre dos: el Paraná y el Salado. Cota cero ¿A quién se le ocurre? ¿Quién lo mandó, el enemigo?
¡Nostradamus! Seguro Nostradamus le dijo a Garay: - “Vos serás el encargado de que se cumpla mi profecía: Tres Santa Fe habrá. Una perecerá bajo las aguas. Andá y fundala en Argentina, en el lugar más bajo que encuentres, entre dos ríos, así no falla. Después, la estupidez de los gobernantes hará el resto”.

-Aldea del Sol se va a llamar la nueva Santa Fe. Y no va a haber mosquitos, ni alacranes, ni empleados públicos infestos. Pero antes, hay que pasar por la purificación del desierto: oler la tierra seca hasta que te lastime las fosas nasales. (Inspira exageradamente, le da tos). Así, con un cosquilleo doloroso pero placentero.
Llenarse del paisaje vacío, cuanto más seco y más vacío mejor. Así, todo de un solo color. Liso, igual a sí mismo.
Al río lo vamos a ver desde arriba. Una gran víbora mansa, haciendo la digestión de sus muertos.

- El colegio de las monjas. La estampita del cielo y del infierno. El primer día que la vi empecé a tener pesadillas. Tres planos tenía la estampita: en el del medio, a la izquierda, unas monjas de hábitos negros con grandes cofias blancas bautizaban a nenitos blancos como la leche, recién nacidos; a la derecha, lejos de las monjas: nenes chinos y africanos. En el plano superior, ángeles rubios trepados a nubes redondas recibían sonrientes a los niños de la izquierda que se desprendían de las manos de las monjas como pajaritos. En el plano inferior, los demonios, tridente en mano, metidos hasta el cogote en llamas multicolores, esperaban a los negros y amarillos que caían desde el plano intermedio.
El paraíso tenía nubes. Hasta la inundación.
Ahora estoy segura de que en el paraíso no hay nubes. El paraíso es el fuego, el fuego que seca la ropa y que quema lo que pudrió el agua.

- Anoche soñé con mamá. Volvíamos a la casa. Apenas entrábamos se nos venían los muebles encima. Los queríamos parar, pero se nos escapaban, se iban por la puerta. Los libros. La ropa. Se quedaba sin alma. La casa, digo. El agua se lleva el alma de las casas.

-¿Dónde está la ciudad? Ahora que reconstruyeron el puente, desapareció la ciudad.

-Todo el tiempo la veo. La legislatura vacía y los caballos atados a los cogotes de las estatuas. La explanada llena de bosta. (Comienza a reír como un loco). Nos cagaron los caballos de los más pobres. (Tiene un acceso de tos). Y los ricos ingenuos, miren, miren cómo arman defensas con pedazos de madera terciada, y las pegan con cinta aisladora azul.


- Una vez leí un cuento, hace mucho, de un irlandés creo. El tipo era un microscopista aficionado, que se deliraba con usar lentes cada vez más potentes. Resulta que arrastrado por su pasión, consulta a una médium que lo contacta con el espíritu de un famoso científico muerto, que le dice que si consigue un diamante especial, y lo taladra por el centro, va a poder hacer descubrimientos increíbles. La cuestión es que se encuentra con el tipo que precisamente tenía ese diamante, y lo mata, para sacárselo. Fabrica la lente, y empieza a ver cosas que nadie había visto nunca. Paisajes mucho más hermosos que los del mundo de afuera. Un día ve aparecer una ninfa. Bellísima la ninfa. Por supuesto se enamora de ella. Entonces su manía se vuelve obsesiva. Apenas duerme, y casi no come. Se pasa la vida sumergido en el microscopio. Un día, cae exhausto. Al despertarse, corre hasta el microscopio y ve que la ninfa se le está desdibujando. Impotente, se queda mirando cómo muere. Ella desaparece, así como una rayita de lápiz se borra de un papel. Y cuando el tipo se aparta, y por primera vez en mucho tiempo mira el microscopio de afuera, ve que lo que había debajo de la lente era el rastro de una gota de agua, que se había secado. ¿Te das cuenta? ¡Una gota de agua!

- Yo estaba solo en el techo. Qué sé yo si era el cuarto o el quinto día que venía sin dormir, cuidando, vigilando. De a ratos me veía en el espejo de agua podrida... Estaba tan oscuro... Los helicópteros, las luces arrastrando bultos, cruzándose. Y todas esas sombras... Esa noche supe que eran muchos, que estaban al acecho, que apenas me cayera, se avalanzarían para sacarme lo que había logrado subir. Tenía que aguantar, una noche más. Escuché un disparo lejos. Y otro. Cerca. Una ametralladora. Era la guerra. Había que pelear. Apunté hacia una de las sombras y disparé una vez y otra vez y otra hasta que se me vació el rifle. Y sentí una especie de placer salvaje. Al amanecer, vi en el agua barrosa una campera inflable. Metí la mano, era... eran brazos y la nuca y... Lo solté... El ojo de Dios me miraba.

- La tierra se seca y se moja, se seca y se moja, se seca y se vuelve a mojar… Un día no se va secar más, vamos a vivir enterrados en el barro, empujados por los peces y por las gallinas, comiéndolos crudos.
Y Dios va a mirar desde la Sierra de la Ventana, por la ventanita, va a correr la cortina con una mano enorme y pausada y va a reírse a carcajadas porque va a ver que el hombre solito se está haciendo de barro como Él lo había soñado en un Principio.¡Escuchen escuchen! Tenemos que apurarnos, el río nos alcanza. Trae helicópteros ahora, son jaurías que te mastican los tímpanos... ¿Escuchan? Las luces arrastran bultos, se cruzan. Uno no sabe si el parpadeo es de los ojos o de afuera. ¡Las sombras pasan por todos los costados! El río las viene empujando. Los peces se tragan a los helicópteros. Escuchen el ruido a metales retorcidos. ¡Un concierto de instrumentos desafinados! La tuba, las trompetas, los violines, todos tienen ojos de vidrio. Y dientes de barro.

-¡Sierra a la vista! Está clarita. ¡Miren! La Sierra de la Ventana. Y no hay nadie arriba. ¡Nostradamus y Juan de Garay se revuelcan en sus tumbas! ¡Allá alto vamos a refundarla! ¡Desde la nueva Santa Fe vamos a ver París!

-El río arrastra animales, techos, autos, portones, cuadros, un piano, libros, muchos libros, sillas, frutas, ventanas, un banco de carpintero, pullóveres, ositos de peluche, hojas sueltas, sábanas, collares, una mesita de luz, un televisor, rastis, cajones de plástico, esponjas, una tuba, un xilofón, cartas, fotos, rollos de alambre, una cámara fotográfica, diarios, un pincel, baldes, zapatos, negros, rojos, marrones, grises, tarros, una muñeca de porcelana, pelucas, lápices, ollas, frascos de perfume, cepillos, roperos, una pincita de depilar.

-Llueve, llueve, la lluvia se lleva la luz.


-Llueve, llueve, la lluvia se lleva la luz.
¡Las sombras pasan por todos los costados! El río las viene empujando.
Tenemos que apurarnos, el río nos alcanza

Nos cagaron los caballos de los más pobres.

…refundar Santa Fe.

Entre el Paraná y el Salado. Cota cero

Proyecto COTA CERO

El sábado 27 de septiembre se presento Cota Cero, en la Costanera Este frente al predio UNL-ATE, intervención urbana - performance. en la que participaron más de 40 artistas, el colectivo de arte conto con músicos, cantantes, actores, performers.
Este proyecto esutvo dentro del marco de la 8° Bienal de Arte Joven y del “I Encuentro de Intervenciones Urbanas” organizado por la Dirección de Cultura de la UNL.

La obra performática esta basada en un cuento homónimo de Maria Rosa Pfeiffer, que habla de la problemática que genera el río y sus crecidas a nuestra ciudad, sus alrededores y todos sus habitantes; los desbordes que estas catástrofes hídricas generan en nuestra sociedad. El deseo de irse, el sentimiento de pérdida de pertenencia. ¿Hay modos de salvar esta Santa Fe que hace agua desde todos sus bordes? Barcos de papel, un elemento lúdico que remite a nuestra niñez, pero también a la fragilidad de nuestro estado, cientos de barcos de papel, la fragilidad y la fortaleza de la esperanza.

Dirigierón el proyecto:
Nilda Marsili - Raquel Minetti - Maria Rosa Pfeiffer - Ignacio Elcoro.

se sumaron: Tusi Horn - Fermín Viña - Mary Walker, Marcela Papini - Mónica Fornero - Dario Ramirez- Adriana Cervilla - Gabriela Fabrissin - Augusto Fassi - Victoria Recalde - Micaela Godoy - Victoria Gogorza.

grupos invitados: Katharma - 111 Recién pintado - Grupo hasta agotar Stock - Grupo con nombre a medias - Grupo de los 10 (Humboldt) - Grupo Rubén Carughi.

invitado especial: Miguel “Espinillo” López.

El Gorgojo es un colectivo de arte que viene realizando intervenciones urbanas, instalaciones, espectáculos multimediales desde 1994.
Nuestra pagina web: http://www.elgorgojo.ya.st/

Folleto de la performance